
Para tener en cuenta...
AĆŗn cuando hayan cometido un delito y estĆ©n privados de libertad. En este caso, el de la libre circulación, es el Ćŗnico derecho que pierden. Tener esto presente forma parte de las buenas prĆ”cticas periodĆsticas y colabora con la rigurosidad y responsabilidad de la cobertura.
Cuando un adolescente comete un delito, vulnera los derechos de otras personas, vĆctimas de la infracción cometida. Es natural que estos hechos despierten la empatĆa y solidaridad para con las vĆctimas. Pero esto no debe interferir en la profesionalidad del trabajo periodĆstico. La de victimario no es la Ćŗnica condición que define al adolescente que cometió un delito. Enfocarse Ćŗnicamente en esa caracterĆstica deja de lado toda otra serie de aspectos. Es posible mirar mĆ”s allĆ” del hecho delictivo, e investigar sobre cuĆ”les fueron las condiciones psicosociales que llevaron al adolescente a cometer un delito. Es vĆ”lido preguntarse si este adolescente no ha sido tambiĆ©n una vĆctima de su entorno, de las condiciones en las que se crió o de las mismas instituciones del Estado que debieron protegerlo y no lo hicieron.
El artĆculo 11 del Código de la NiƱez y la Adolescencia establece que ātodo niƱo y adolescente tiene derecho a que se respete la privacidad de su vida. Tiene derecho a que no se utilice su imagen en forma lesiva, ni se publique ninguna información que lo perjudique y pueda dar lugar a la individualización de su personaā.
La normativa aplica para todas las personas menores de 18 aƱos, cualquiera sea la circunstancia que los involucre, pero cobra una especial relevancia en el caso de adolescentes en conflicto con la ley involucrados en delitos. De manera especĆfica el artĆculo 96 del Código de la NiƱez y la Adolescencia prohibe "la identificación de la persona del adolescente por cualquier medio de comunicación, sin perjuicio de la información sobre los hechos".
El trabajo de periodistas, camarógrafos y fotógrafos debe desarrollarse en los estrictos lĆmites que habilitan las leyes vigentes, sin violentarlas
...que no se limita Ćŗnicamente al mundo de los adolescentes. Por el contrario, el principal generador de violencia es el mundo adulto: los niƱos, niƱas y adolescentes son en su mayorĆa vĆctimas de violencia y no victimarios. ĀæEn quĆ© tipo de sociedad nacen y se desarrollan estos adolescentes?
Hoy son muchos los Ć”mbitos de la sociedad en el que los conflictos y diferencias se resuelven de manera violenta. Pensemos en los incidentes que suelen protagonizar los profesionales del deporte, o recordemos cómo los propios legisladores han utilizado la violencia fĆsica como forma de resolver sus diferencias.
Los periodistas y medios de comunicación en general pueden aportar desde su trabajo problematizando a la delincuencia juvenil como expresión de un problema mayor, que involucra en gran medida a los adultos de todas las clases y estratos sociales. Presentar el tema de los adolescentes en conflicto con la ley como un problema en sà mismo, separado del entorno en que ocurren estos hechos, es dejar de lado la existencia de una violencia social que no sólo trasciende al universo adolescente, sino que marca las pautas de comportamiento que éstos habrÔn de adoptar en su vida diaria.
...es determinante en la construcción simbólica de la realidad y en la formación de opinión pública.
En el caso especĆfico de los adolescentes en conflicto con la ley, los periodistas pueden utilizar un lenguaje inclusivo y respetuoso, que no sea estigmatizante; un lenguaje en el que no haya āmenores infractoresā por un lado y āadolescentesā, āgurisesā o ābotijasā por el otro.
La cantidad y variedad de fuentes de información determinan el grado de veracidad de una nota. Cuantas mĆ”s voces sean contempladas en una nota, mĆ”s cerca estarĆ”n los profesionales del periodismo de acercarse a la siempre inasible objetividad. Determina tambiĆ©n el nivel de rigurosidad y profesionalidad periodĆstica, en tanto una nota sin un adecuado equilibrio de fuentes puede correr el riesgo de ser interpretada como tendenciosa.
EstĆ” claro que la voz del Estado debe formar parte de cualquier cobertura, pero no alcanza solamente con lo que los distintos actores de los tres poderes del Estado tengan para decir. Las organizaciones de la sociedad civil, los representantes de los partidos polĆticos, los organismos internacionales y el sector privado tambiĆ©n deben ser llamados a dar su punto de vista. TambiĆ©n la Academia y los organismo internacionales, asĆ como los ciudadanos pueden aportar interesantes puntos de vista sobre los temas abordados.
Finalmente, los niños, niñas y adolescentes, cuyas voces adquieren escasa presencia en los medios de comunicación, tienen sin duda mucho que decir sobre los temas que los involucran. Según datos del Informe TemÔtico sobre Adolescentes en Conflicto con la Ley que realizó Voz y Vos en el año 2012[1], el 30% de las notas no citaron ninguna fuente; el 40% de las que sà lo hizo, citó una sola fuente de información. El 96% de las fuentes citadas fueron estatales (PE, PL y PJ), mientras que sólo 1.6% correspondió a representantes de ONG.
[1] Adolescentes en Conflicto con la ley en la Prensa Uruguaya. Enero-Junio 2011.
Disponible en http://www.vozyvos.org.uy/index.php/huellas/4327-adolescentes-en-conflicto-con-la-ley-en-la-prensa-uruguaya
Esto nos permite evaluar la efectividad de las polĆticas gubernamentales sobre los adolescentes en conflicto con la ley. ĀæEl foco de la intervención de la Justicia es el castigo o la reinserción? ĀæLa privación de libertad o las medidas alternativas? ĀæQuĆ© nos dice el presupuesto designado para los diferentes rubros? ĀæCuĆ”les son los Ćndices de reincidencia en uno y otro caso?
...sino que involucra una serie de factores que ameritan que el mismo sea abordado desde las pĆ”ginas de las secciones de Sociedad. Los distintos informes de Voz y Vos han seƱalado a las pĆ”ginas policiales como la sección de los medios de prensa con los indicadores cualitativos mĆ”s bajos: escaso porcentaje de fuentes de información y un elevado uso de tĆ©rminos peyorativos han sido en estos aƱos las principales caracterĆsticas de las secciones policiales.
En la otra vereda, la sección Sociedad incluye generalmente un abordaje mĆ”s detenido de los hechos que aborda, con una interesante diversidad de fuentes de información y un enfoque que busca integrar las distintas miradas que existen sobre un mismo tema. De esta manera, se incluyen aspectos polĆticos, sociales y económicos, que permiten una mejor comprensión del asunto tratado.
Esto nos permitirĆ” detectar las cuestiones estructurales comunes a la gran mayorĆa de los adolescentes que se han encontrado en situaciones de conflicto con la ley penal. A su vez, nos da la posibilidad de hacer Ć©nfasis en la variedad de carencias que Ć©stos sufren permitiendo que sea visibilizada tambiĆ©n la exclusión social de la que son vĆctimas estos adolescentes, generalmente oculta tras la visión de los jóvenes en conflicto con la ley como los enemigos pĆŗblicos del resto de la sociedad. Como sostiene el sociólogo Luis Eduardo MorĆ”s, los adolescentes āson sometidos a una especie de doble victimización al reunir los peores indicadores sociales, de servicios y coberturas en combinación con fuertes niveles de prejuicios y sospechasā[1].
[1] LUIS EDUARDO MORĆS. āTranquilizar y protegerā en āSeguridad y miedosā de Susana Mallo y Nilia Viscardi (comp.), Udelar-FCS-CSIC, Montevideo, 2010, pp. 90-9
ĀæEl Estado logra captar a estos adolescentes? ĀæSe trabaja desde el Estado con adolescentes que hayan tenido algĆŗn paso por la Justicia, sin haber sido privados de libertad, para evitar que reincidan?
...que trabajan en los centros de privación de libertad. ¿Son personas preparadas para tratar con adolescentes privados de libertad? ¿CuÔles son los criterios de selección de personal?
Indagar si los adolescentes privados de libertad tienen algĆŗn antecedente de haberse encontrado en conflicto con la ley...