top of page

Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal

[1] RAFAEL BAYCE, Creando inseguridad: modelo para la construcciĆ³n social de la desmesura, en SEGURIDAD Y MIEDOS. QuĆ© ciudadanĆ­a para los jĆ³venes, de Susana Mallo y Nilia Viscardi (coord.), FCS- CSIC-Udelar, Montevideo, 2010, pp. 21-71.

El debate en torno a los adolescentes en conflicto con la ley estĆ” rodeado de ā€œmitosā€, que a fuerza de su reproducciĆ³n en diferentes Ć”mbitos, se transforman en verdades incontrastables para la opiniĆ³n pĆŗblica.

A diferencia de lo que ocurre con otros asuntos que involucran al conjunto de la poblaciĆ³n, el tema de la seguridad pĆŗblica en general (del que los adolescentes en conflicto con la ley conforman una pequeƱa parte), es percibido y asimilado desde una perspectiva profundamente subjetiva, en tanto las personas se sienten amenazadas en su integridad y sus bienes (materiales Ć³ inmateriales), como potenciales vĆ­ctimas del delito. 

Diversos estudios a nivel mundial coinciden en seƱalar que la sensaciĆ³n de inseguridad es siempre mayor que las posibilidades reales de ser vĆ­ctima de un delito. Nuestro paĆ­s no es ajeno a este fenĆ³meno. Como seƱala el sociĆ³logo Rafael Bayce, experto en temas de seguridad pĆŗblica, mientras en la dĆ©cada del 80 el aumento de los delitos violentos en Uruguay fue del 70%, la sensaciĆ³n de inseguridad en el mismo perĆ­odo aumentĆ³ mĆ”s del 200%[1].

En todos los temas, pero aĆŗn mĆ”s en los de alta complejidad y sensibilidad social, resulta un desafĆ­o para los periodistas dotar al debate de la mĆ”s estricta rigurosidad, aportando elementos de informaciĆ³n probados, manejando datos precisos y objetivos, contextualizando la informaciĆ³n, pluralizando voces y perspectivas para que la discusiĆ³n no se torne maniquea.

No obstante esto, es legĆ­tima la preocupaciĆ³n de la sociedad frente a determinados hechos de violencia. Es a partir de Ć©stos que se multiplican las exigencias de ā€œsolucionesā€ inmediatas, que por lo general apuntan al aumento de las penas que castigan los delitos, agregando para el caso de los adolescentes, propuestas como las de ā€œbajar la edad de imputabilidadā€.

A su vez, el afĆ”n de responder a esas demandas por parte de los actores polĆ­ticos, lleva a que se manejen argumentos de tipo afectivo u emocional, con escasa rigurosidad estadĆ­stica y poca profundidad de anĆ”lisis e informaciĆ³n, cuya consecuencia mĆ”s directa es la dificultad de comprender un tema que debe ser encarado desde mĆŗltiples dimensiones: el sistema de polĆ­ticas sociales; la economĆ­a; los mĆ©todos de resoluciĆ³n de conflictos que prevalecen en la sociedad; las crecientes dificultades de contenciĆ³n que tienen las familias, entre muchos otros, y que muy lejos estĆ” de solucionarse con medidas punitivas.

Que los adolescentes "son cada vez mĆ”s peligrosos", que "son inimputables" o que el CĆ³digo de la NiƱez y la Adolescencia es ā€œblandoā€ y por lo tanto debe ser modificado, son algunas de las opiniones que se trasladan, sin operaciĆ³n ninguna de verificaciĆ³n,  de la calle a la prensa transformĆ”ndose en postulados o verdades, que no requieren mĆ”s fundamentaciĆ³n que su mera formulaciĆ³n. Una riesgosa traslaciĆ³n del "sentido comĆŗn popular" a enfoque periodĆ­stico que no contribuye a una mĆ”s amplia comprensiĆ³n de la problemĆ”tica. 

La mayor presencia del tema en los medios de comunicaciĆ³n, tambiĆ©n ha contribuido a generar esta distancia entre los Ć­ndices de delitos y la sensaciĆ³n de inseguridad. 

bottom of page