
Noticia encarada desde el delito cometido por el adolescente
La llegada de un adolescente al mundo del delito no es algo que ocurre de la nada, por motivos y causas azarosas. Es el punto culminante, la consecuencia de una serie de procesos que atravesaron la vida del adolescente en cuestión.
¿CuÔl es la cotidianeidad de un adolescente que comete un delito? ¿Dónde vive? ¿En qué condiciones? ¿CuÔl es la situación económica de su hogar? ¿Tiene algún familiar directo privado de libertad? ¿Concurre a un centro educativo?
Sin Ć©stas y otras preguntas, dejamos afuera toda una serie de condicionantes imprescindibles para entender la delincuencia juvenil como un fenómeno con determinadas caracterĆsticas que se repiten prĆ”cticamente en todos los casos āla situación de pobreza de los adolescentes; jefes de familia privados de libertad; vĆnculos con el trĆ”fico de drogas; bajos niveles de escolaridad; precarias condiciones de vivienda, etc-, y no como una suma de hechos aislados que pueden explicarse en sĆ mismos a partir de premisas tales como que los adolescentes son cada vez mĆ”s violentos, o el Código de la NiƱez y la Adolescencia no los penaliza, entre otros.
En muchos casos, este tipo de sucesos son tomados por la prensa exclusivamente desde los partes policiales, lo cual conlleva algunos aspectos negativos para la cobertura:
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La detención policial no significa que el o los adolescentes involucrados sean culpables de algĆŗn delito. Es frecuente leer titulares que seƱalan la participación de āmenoresā en hechos delictivos cuya responsabilidad no estĆ” probada al momento de ser publicada la nota.
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En muchos casos, ni siquiera la condición de menor de edad estĆ” determinada en las noticias policiales. Es comĆŗn encontrarse con notas periodĆsticas que hablan de la participación de āpresuntosā menores de edad, aĆŗn cuando el tĆtulo de la nota no hace mención a esa āpresunciónā, sino que da por descontada la participación de personas menores de edad.
Se trata de situaciones en las que se presenta a los adolescentes como los autores o los responsables de la comisión de delitos, aĆŗn cuando su participación no estĆ” probada y en muchos casos ni siquiera su edad. No debemos olvidar que hasta que no exista una sentencia del Juez que indique responsabilidad, los adolescentes ācualquier persona, de hecho-, son inocentes.
Por este motivo es importante que el abordaje de este tipo de casos incluya, ademĆ”s de las fuentes policiales, otras voces calificadas que fortalezcan la cobertura, tales como el Poder Judicial, la DefensorĆa PĆŗblica, organizaciones sociales y expertos.